viernes, 1 de febrero de 2013

Ser dichoso Parte 4


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Ser dichoso Part 4
29  Enero de 2013
            Deleitense en la ley de Dios, créame, estar en Dios es vida y es paz. ¿No le entusiasma eso? Es acostarse tranquilo y confiado y despertar sin cargas ni culpas, es andar por la calle con la frente en alto sin temor de nada, pero cuando usted quebranta la ley de Dios sufre dolor, sufre muerte, sufre vergüenza, tristeza. Si usted lo tiene todo, pero siente como que no tiene nada es porque le falta todo y ese todo es Dios. Porque nada va a llenar el vacío de nuestro corazón, ni va a darnos el norte que necesitamos en la vida sino Dios. Enamorémonos de la Palabra de Dios, porque Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera! En cambio, los malvados son como paja arrastrada por el viento. Por eso no se sostendrán los malvados en el juicio, ni los pecadores en la asamblea de los justos. Porque el Señor cuida el camino de los justos, mas la senda de los malos lleva a la perdición.
            Los justos, los dichosos prosperaremos como árbol plantado a la orilla de un río. Proverbios 10:24 dice Lo que el malvado teme, eso le ocurre; lo que el justo desea, eso recibe. ¿Cuántos quieren prosperar como árbol plantado a orilla de un río? Tal vez usted está aquí y dice: Pastor, yo realmente no he sido dichoso, yo he seguido el consejo de los malvados, he aceptado mordida, he sido corrupto, he sido adúltero, he hecho cualquier cosa. Yo me he mantenido en la senda de los pecadores, y he sido igual a ellos, pero yo creo en Dios. Creer en Dios y no guardar sus mandamientos es como creer en la policía municipal de tránsito y pasarse todos los semáforos en rojo frente a ellos. Creer en el ejercicio y no hacer ejercicio es como creer en Dios y jamás obedecerlo. Prosperará como árbol plantado a la orilla de un río, hoy es el día en que usted puede decirle Señor, yo no quiero ser un malvado, no quiero ser un pecador, no quiero ser un blasfemo, yo quiero ser un hombre dichoso, justo y que tú me cambies, que tú me transformes, que me hagas una nueva creación. Por eso Proverbios 6:23 dice El mandamiento es una lámpara, la enseñanza es una luz y la disciplina es el camino a la vida. La disciplina es el camino a la vida, tomar nuestra cruz y seguirle todos los días. Pregunto ¿cuántos quieren ser dichosos? Yo quiero ser dichoso, ¿sabe por qué? porque yo sé lo que es el camino de los pecadores, porque yo sé que es la vergüenza del pecado, porque yo sé lo que es la culpabilidad, porque yo sé que siempre produce muerte, pero estar en Dios es como estar con aquella sed y llegar a un oasis donde hay agua fría, donde hay agua fresca que sacia nuestra sed.
            Quiero compartirles algo que Jorge Erdmenger, nuestro Director de los grupos C.A.F.É. escribió: “Ser dichoso es haber estado en pecado, pero ahora poder decir que por Él fui salvado.
Ser dichoso es haberme sentido antes vacío y sin motivación, pero ahora poder decir que Él está en mi corazón.
Ser dichoso es haber estado espiritualmente muerto, pero ahora poder decir que mi vida eterna es un asunto resuelto.
Ser dichoso es haber estado perdido, triste y en confusión, pero ahora poder decir que para Él en mi corazón tengo una gran pasión.
Ser dichoso es haber estado sin tener una guía, pero ahora poder meditar en Su Palabra de noche y de día.
Soy dichoso porque le puedo decir al mundo que está sin esperanza que en Jesús tengo puesta mi confianza.
Soy dichoso realmente dichoso porque sin merecerlo el me dio su gracia”.

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