viernes, 1 de febrero de 2013

Ser dichoso Parte 3



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Ser dichoso Part 3
29  Enero de 2013
            Cuatro palabras. La primera es malvados, la segunda es pecadores, la tercera blasfemos y la cuarta dichosos. Con esto en mente, abra su Biblia en el Salmo 1:1-6 Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos. ¿Quién no es malvado, según la Escritura? Aquellos que no siguen el consejo de los malvados ni se detienen en la senda de los pecadores ni cultivan la amistad de los blasfemos. ¿Quiere ser dichoso en Dios, que la gente diga dichoso? no siga el consejo de los malvados. Tenga presente que le dirán –No hombre, tu papá no se va a dar cuenta, vámonos al puerto, él cree que estás en la U-. No siga el consejo de los malvados. ¿Vos tomás licor? –No yo no tomo-, Y ¿por qué? No sos valiente. No siga el consejo de los malvados. “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores”.
            Hablo mucho del peligro del alcohol, porque en Guatemala desde pequeños “discipulan” a los niños. Lo que queda en los vasos en las fiestas los niños se toman esos residuos, aprendiendo. “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados ni se detiene en la senda de los pecadores, ni cultiva la amistad de los blasfemos”. ¿Quiere ser dichoso? No tenga amigos que hablan contra Dios, que lo insultan, que lo maldicen, no sea íntimo con ellos. Puede ser luz, pero no sea amigo, no cultive una amistad con esta gente. ¿Sabe por qué? Porque el que anda en la miel, algo se le pega. ¿Quiere evangelizar? No tiene por qué meterse en un bar, sobre todo si era un alcohólico. ¿Cómo va a resultar usted? Mal. Ni cultive la amistad con los blasfemos.
            Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores, ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita y día y noche medita en ella. Deleitarse, ¿qué es deleitarse? Un amigo tiene una hija que ama los frijoles. Cuenta que cuando los tiene servidos siempre pide crema, y dice que cuando la ve comer es un deleite que le dijo: Hija, estás para anuncio, es un deleite. Acá estamos reunidos, al salir de este servicio usted irá almorzar a su casa, a cualquier lugar, pero es un deleite. Cuando usted ha estado lejos de la nación por años, y viene y le ponen un atol de elote frente a usted con unos granitos de maíz, agarra ese atolito de manera especial. Deleitarse.
            Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, ¿En qué se deleitan ustedes? En la ley, ¿cómo es posible deleitarse en la ley? Ah, si usted encontrara un manual que le dijera cómo ser un hombre millonario. Usted se deleitaría día y noche hasta convertirse en millonario. Yo quiero decirle que en la Biblia están los secretos para prosperar más allá de lo económico, en lo espiritual. Deleitarse en la ley de Dios.
            Uno de mis amigos me comentaba que estuvo en Estados Unidos de vacaciones, iba a dejar a la esposa al mall para que fuera a comprar las cosas para sus hijos, se regresaba a la casa donde estaban. Entonces tomó la Biblia y empezó a leer el primero y segundo Libro de Reyes, cuando regresó a Guatemala se encontró a una amiga que le preguntó ¿qué hiciste en las vacaciones? – Me fui a tal lugar y me leí el primero y segundo Libro de Reyes-. Qué aburrido, ¡Vaya que se lo estaba diciendo a un creyente! Él le dijo: No. Me di cuenta de la maldad de los reyes y de lo mal que somos nosotros como seres humanos, que no podemos ni siquiera gobernarnos a nosotros, ni gobernar una nación. En la generación en la que crecí, le hablo 1985-1990, nuestra pasión no era la música, nuestra pasión era la lectura de la Biblia. Yo no sé cuántos recordarán esa época. Todo el mundo cargaba su Biblia y la pasión era leerla. Con mis amigos leíamos la Biblia y nos deleitábamos en eso, y eso es lo que tenemos que volver hacer como dice el Salmo 1 ¿saben por qué? cuando usted conoce la ley, usted vive en paz, porque la obedece, la practica y duerme tranquilo, se acuesta y duerme como un bebé.


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