domingo, 21 de junio de 2015
Del Evangelio según san Juan 2, 13-16
Como ya estaba próxima la fiesta judía de la pascua,
Jesús fue a Jerusalén. En el templo se encontró con los vendedores de bueyes,
ovejas y palomas; también estaban allí, sentados detrás de sus mesas, los que
cambian dinero.
Jesús, al ver aquello, hizo un látigo de cuerdas y
echó fuera del templo a todos, con sus ovejas y bueyes; tiró al suelo las
monedas y tumbó sus mesas; y a los vendedores de palomas les dijo:
-
Quiten esto de
aquí. No conviertan la casa de mi Padre en un mercado.
* * *
Luego de dos mil años, si Jesús vuelve, como dicen
algunos, madre rabia va a agarrar al pasar por los templos católicos, y la mayoría de las sectas, Evangélicas, y Protestantes; se preguntan
por qué. Porque aun hoy en día las iglesias que se hacen llamar seguidores de
Cristo, venden objetos e imágenes en el templo, para la recolección de fondos.
Yo no digo que no vendan sus objetos y libros, pero me
choca muchísimo ver esos tarantines con miles de figuras, aguitas, aceites milagrosos, libros, y estampas de santos.
Si Jesús vuelve les advierto, les va a tumbar todos sus tarantines, y Dios nos
libre que venga en una semana santa, porque el número de personas vendiendo
objetos “santos” se triplica.
En otras iglesias, las que llaman idólatras a los
católicos, no venden esos objetos porque está prohibido por la sagrada
escritura, sin embargo, exigen a sus feligreses que aporten su diezmo (obligatorio), si es
que no es más del 10% en algunos casos, siembras de dinero, bonos para construir templos, viajes para retiros, donaciones "voluntarias" y otras cosas, que les exigen. A la final,
igualmente recolectan fondos, pero al estilo de los viejos sacerdotes judíos,
con los que Jesús mantuvo una guerra permanente. ¡Ay de aquellos!, sean
sacerdote católico, o pastor de alguna iglesia cristiana, que se aprovechen de
los seguidores de Jesús para obtener algún tipo de lucro.
Señores lean este pasaje varias veces y recuerden que
Jesús ya no quería sacrificios, él se entrega como cordero, para el perdón de
nuestros pecados, y ya no hay que hacer más sacrificio, que valga más que Él.
Información adicional sobre la importancia de “El
Templo” en la época de Jesús:
El Templo
El primer Templo fue construido por el rey Salomón en
el año 960 a.C. con el propósito de sustituir al Tabernáculo como único lugar
de sacrificio del pueblo judío. Después fue saqueado por Sheshong I (945-924
a.C.), primer faraón de la dinastía XXII de Egipto, y después destruido por los
babilonios en el año 587 a.C. durante el reinado del rey persa Darío I, y
suntuosamente reconstruido por Herodes el Grande (73 a.C. al 4 a.C.) y sus
sucesores en el año 22 a.C. Fue destruido definitivamente por las tropas
romanas al mando de Tito en el año 70 d.C. durante el sitio de Jerusalén en el
transcurso de la revuelta de los zelotes.
Fue ese imponente complejo de edificios el que
despertó la admiración de los discípulos de Jesús, tal como nos cuenta el
apóstol Marcos: "Maestro, mira qué piedras y que construcciones"
(Marcos 13:1). Allí se siguió celebrando el antiguo ritual del sacrificio y del
culto con su elaborado sistema sacerdotal, aunque todo se hacía bajo la mirada
vigilante de la guarnición romana que ocupaba la fortaleza Antonia, la cual
dominaba los atrios del Templo.
También en este sector, concretamente en el atrio de
los gentiles, más allá del cual ningún gentil podía pasar ya que se colocaba
automáticamente bajo pena de muerte, estaba el próspero mercado de animales
para el sacrificio y los puestos de cambio de moneda para las ofrendas al
Templo, lugar en el que se suscitó la ira de Jesús en contra de los mercaderes
del Templo. También en esta parte del Templo, más concretamente en los pórticos
techados, los hombres se reunían para escuchar a cualquier maestro que quisiera
difundir sus prédicas.
Este comentario, fue descargado del Blog, EL COLIBRI, el 30
de este mes, y me pareció interesante, para las personas, que siempre nos
preguntamos: ¿Quién inventó las Religiones?
Antonio Arcila.